Articulo tomado del periodico El Caribe
LA VEGA. El carnaval vegano tiene fama de ser uno de los más organizados del país y de los más famosos del mundo, esto, gracias al trabajo de los sectores involucrados en su montaje, tanto en la organización, como en la comercialización.
Aunque la Unión Carnavalesca Vegana (Ucave) es el organismo que organiza, regula y dirige todo lo que tiene que ver con el carnaval, y el Comité Organizador del Carnaval Vegano (Cocave) es el encargado de comercializarlo y fiscalizarlo, todo el pueblo se involucra en sus quehaceres y planifica algún tipo de negocio que le pueda generar dinero en esta época, cuando miles de personas visitan La Vega.
Pero este trabajo no solo se limita a la temporada carnavalesca, sino a casi todo el año, ya que los grupos de diablos cojuelos, que actualmente suman 152, se reúnen periódicamente en meses normales y realizan diversas actividades para recaudar fondos para sus costosos disfraces.
Artesanos, diseñadores y costureros también inician sus labores con un gran tiempo de antelación.
Para Ricardo Castillo, director provincial de Cultura y miembro de Ucave, el carnaval vegano es “un desorden organizado”, por la gran cantidad de personas que se da cita cada domingo de febrero, y que el pasado fin de semana fue visitado por unas 600 mil personas, según dijo. El crecimiento del evento ha sido tal en los últimos años que sus organizadores se han planteado la idea de realizarlo en otra zona, debido a la estrechez de las calles del centro de la ciudad.
La popularidad del carnaval vegano se refleja también en la actividad económica de la provincia. De acuerdo con un estudio realizado por el sociólogo Dagoberto Tejada, solo el año pasado el carnaval tuvo un movimiento económico de unos 500 millones de pesos.
Castillo asegura que los organizadores tienen una reglamentación para distribuir los fondos generados, y que se dividen cincuenta a cincuenta, entre Ucave y Cocave.
Explica que la comercializadora usa parte de los recursos obtenidos para pago de personal y publicidad, mientras que Ucave utiliza el dinero para todo lo concerniente al montaje y respaldo a los grupos, a quienes se les entrega una parte para la elaboración de sus disfraces y caretas. Los grupos con mayor poder adquisitivo tienen sus propias “cuevas”, una bocacalle cerrada y ambientada, en tanto que los de menos recursos inician su desfile desde las cuevas habilitadas por Ucave.
Para poder cumplir con la demanda, los artesanos de caretas comienzan a trabajar desde el mes de junio en la elaboración de material, no solo para los grupos de La Vega, sino también para participantes en carnavales de otros puntos del país. Los que se dedican a la confección y elaboración de los disfraces también deben disponer de mucho tiempo para poder cumplir con la gran demanda.
Proceso
Ricardo Castillo
Dir. Cultura
“El carnaval genera millones de pesos, beneficiando con esto al pueblo completo de La Vega. Hay tiendas que dicen que en febrero venden más que el año entero”.
Cirilo Hernández
Artesano
“La mayoría de nuestros clientes vienen con tiempo a encargar sus caretas. Trabajamos desde junio hasta abril, cuando pasan los carnavales de otros pueblos”.
Ricky Comprés
Confeccionista
“Los grupos vienen al taller constantemente a ver el proceso de elaboración de sus disfraces, y si ven una pieza que no les gusta, le hacen los cambios de lugar”.
Atuendos costosos
Los diablos cojuelos de La Vega son famosos por sus coloridos disfraces y caretas. En el caso de los disfraces, los precios van desde los seis mil pesos, los más baratos, hasta 30 mil en adelante, los más caros, de acuerdo con Ricky Comprés, quien se dedica a la confección de éstos.
El costo de la careta varía de acuerdo al estilo, y, según Cirilo Hernández, la menos costosa vale unos tres mil pesos y la más costosa cuesta alrededor de 12 mil.
Comprés y Hernández aseguran que con la elaboración de disfraces y caretas mantienen a sus familias, y que trabajan para otras provincias y municipios del del país..ok(elcaribe.com.do)
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